Una simple caricia a un perro puede suponer
graves consecuencias para la salud de su hijo. Entre otras enfermedades, los
gérmenes que puede tener un perro pueden provocar ceguera simplemente a
través del tacto.
El perro siempre ha sido considerado el mejor amigo del hombre. El que nos
acompaña y nos comprende. El que nunca se queja. Pero no todo son ventajas
con estas fieles mascotas. Algunas personas les tienen alergia y ahora se ha
descubierto que el simple contacto con un perro puede quitarnos la vista.
El culpable de este peligro es un gusano, llamado Toxocara canis, que crece
en el intestino del perro y que se puede encontrar en sus heces. Si este
gusano llega al cuerpo humano puede provocar ceguera y toxocariasis. |
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El grupo que tiene más
riesgo son los niños, que sin darse cuenta pueden tocar las heces caninas
que hay en la calle y en los parques, olvidadas en los lugares públicos por
los dueños de los perros. Por eso se ha vuelto tan importante que aquellas
personas que sacan a pasear a sus mascotas no se olviden de recoger las
deposiciones de sus animales.
De todos modos, una investigación realizada por un veterinario de Somerset
(Reino Unido) apunta que incluso acariciar a un perro puede ser una vía de
contagio de este gusano. Ian Wright estudió a 60 perros y descubrió que la
cuarta parte de ellos tenían huevos de Toxocara canis en su piel, sobre todo
en la parte trasera de sus patas.
Aunque esta infección no suele afectar a mucha gente (20 británicos cada
año), las autoridades sanitarias recomiendan a los dueños de perros que los
mantengan limpios y que laven sus manos antes de las comidas y después de
acariciar al animal. |