Los bebés deben dormir en cunas y no en las
camas de los padres, ni siquiera durante la siesta. Los expertos aconsejan
evitar acostarlos en estas camas porque aumenta el riesgo de que mueran por
asfixia. No sólo es peligroso porque se puedan caer o quedar atrapados entre
la cama y la pared, también porque los propios padres pueden, durante el
sueño, aplastar al recién nacido.
Los bebés que no duermen en una cuna, sino en una cama de adultos tienen 40
veces más probabilidades de padecer una muerte por asfixia accidental. Así
lo señala un estudio realizado por la Universidad de Saint Louis (Estados
Unidos).
Además, "la posibilidad de morir crece drásticamente en aquellos niños que
duermen en camas con adultos", añadió James Kemp, profesor de pediatría en
la Facultad de Medicina de esta universidad. De hecho, el 13% de los padres
asegura que duerme con sus bebés para controlarlos mejor.
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La investigación destaca el
gran número de fallecimientos por asfixia accidental, "mucho mayor de lo que
se había pensado en un principio", indicó Kemp. Ya que las muertes por esta
causa entre los bebés menores de ocho meses han aumentado de forma alarmante
en la última década en Estados Unidos.
Mientras que en los ochenta, fallecieron 513 bebés por asfixia; en los
noventa la cifra aumentó hasta los 883 decesos. La mayoría de las muertes se
produjo cuando el bebé estaba en la cama de un adulto (391 casos), aunque
también aumentaron los fallecimientos en los sofás y sillones (de 33 muertes
en la década de los ochenta a 110 en los noventa).
Además, si el niño fallecía en la cama de un adulto, la principal causa de
la muerte se debía a que el cuerpo del bebé quedaba atrapado entre dos
espacios (72% de los casos), normalmente entre la pared y la cama.
Otras situaciones que provocaron la muerte del bebé eran el aplastamiento y
la asfixia por ropa de cama. Los padres, de forma inconsciente, podían
aplastar al recién nacido durante el sueño. Y las sábanas, mantas y
almohadas pueden tapar en exceso al bebé, evitando que pueda respirar con
normalidad.
Los investigadores del estudio solicitan una campaña para evitar que los
padres acuesten a sus bebés en camas de adultos. Hace unos años también se
realizó una campaña contra el síndrome de muerte súbita del lactante, en la
que se indicaba que los niños se debían acostar de espaldas, y nunca boca
abajo. El plan consiguió reducir los índices de muerte súbita casi a la
mitad. |